A las personas orgullosas se les hace difícil admitir su falta y pedir perdón. En cambio la quebrantada admite rápidamente su error y pide perdón cuando es necesario. Al confesar su pecado las personas orgullosas tienden hablar de generalidades, pero la quebrantada bajo la convicción del Espíritu de Dios, reconoce falta especifica. #orgullovsquebrantamiento @nancydemoss
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